giovedì, marzo 15, 2007

Discapacitada geográfica


Puedo leer un mapa. Estudié geografía, comprendo que la tierra es redonda y existen los puntos cardinales. Norte, sur, este y oeste tienen perfecto sentido cuando los veo escritos delante de mí. Pero apenas levanto la vista del mapa, se acabó. Si de algo soy incapaz es de orientarme geográficamente en la vida real. Por ésto me aprendo los caminos de memoria para ir y venir a lugares indispensables como el super, el trabajo o el cajero automático. Pero apenas encuentro una calle cortada, un desvío no previsto o un piquete fuera de lugar, zácate…. no entiendo ni papa de dónde estoy, si estoy yendo al sudeste o al noroeste… a mí díganme izquierda o derecha y gracias. O sea que en Estados Unidos el Mapquest era fundamental para mi subsistencia, y las calles eran derechas y laaaargas, como en Argentina.

El problema es ahora que estoy en Italia, me pueden decir QUE HAGO??? Las calles giran y regiran, se cortan continuamente, te crecen edificios o plazas en el medio. Cuando finalmente entendiste cuál es la calle que tenés que tomar, resulta que es imposible seguir derecho, inevitablemente te vas a encontrar unas 400 rotondas en tu camino donde confluyen no menos de 4 calles a la vez. Y entonces… el pánico… Dios mío, cuál agarro la de la derecha, izquierda, centro? …mierda, todas las calles me parecen iguales… era la del arbolito raquítico o la estación de servicio??? Mmmm no sé todo me resulta vagamente familiar!! ... ya va señor! …atrás nunca falta algún boludo que me toca bocina y que no entiende mi drama! Equivocarme de calle puede significar no regresar jamás a casa! Ahora, abro un paréntesis, lo que quisiera saber yo, es ¿quién fue el forro desconsiderado que inventó las rotondas? ¡Se ganó todo mi odio! Después de Hitler ahí nomás, eh?

Continúo…. ¿Mencioné que no hay una manzana que sea cuadrada? ¿Que tomás una calle en la que de pedo entra tu auto, y luego resulta que era de doble mano? Todavía no entiendo cómo se las arreglan un autobus y un auto a circular a 60 km. por hora en éstas callejuelas. Yo paso sola, manejando a la velocidad de mi abuela …¡y juro que no hay espacio! Si pestañeo, dejo medio guardabarros incrustado en algún monumento histórico…

Luego están los navegadores satelitales. Yo desconfío… no dejo de pensar que si tengo que mirar continuamente esa pantallita diminuta mientras manejo, cuando llegue a casa alguien me tendrá que ayudar a despegar los ciclistas y algún que otro peatón del parabrisas.

¿¿¿Me pueden decir cómo hacen los demás??? ¡AIUTO!

Como cocinar un pollo para Pascua


• Compre un pollo en el supermercado
• Beba un buen trago de vino
• Ponga el pollo en el horno
• Tome otros 2 tragos de vino
• Ponga el grado a 180 hornos
• Tome otros 3 vagos de trino
• Encienda el horno
• Vaya a buscar otra vino de botella
• Ponga un pollo en el termómetro
• Vásese otro vino de sirva
• Coshine el vino durante 1 hora
• Pinche el tollo para ver shi eshtá pierno
• Shaque el horno del bollo
• Levanteh el piso del pollo
• Botelle otra bushqueda de vino
• Monga la pesa y shirvase otro vasho de pollo.
• Desmàshese y coma.

martedì, marzo 13, 2007

Fotos de por aqui




Una argentina en Sicilia




Antes de seguir me presento. Me llamo Viviana y nací en Argentina. Colegio de monjas, seguido por Universidad de Jesuitas. No que mi familia fuera muy religiosa que digamos pero más que nada fue una elección estratégica.

Cuando me recibí, hice un rollito con mi título, armé las valijas y comencé mi sueño de viajar. Llegué hasta Los Angeles, donde inicialmente pensaba quedarme solo un año, que luego terminaron siendo 8. Demasiadas rezones largas de explicar. Allí conocí a Salvatore, un chico siciliano, causa principal de mi residencia actual aquí en Italia. Me gusta escribir, así que aquí pienso contar mis experiencias en ésta nueva vida de argentina expatriada en Italia.

Algunas de mis manias



1. Maquillarme en el auto. Sí, lo admito. Es un hábito molesto y peligroso para los demás. Sobre todo cuando soy yo la que maneja. Pero es inevitable. Largas esperas, semáforos, tráfico ¡Todo ese tiempo disponible y desperdiciado sin hacer nada útil! Entonces empieza. Abro el espejito del conductor. Un poco de tapa ojeras aquí disimuladamente, mientras nadie me ve. Oh oh, qué veo… se me corrió el delineador! A ver, si pongo primera y avanzo despaciiito. ¡Bue.. ya va! ¡Qué impaciente el señor! ¿Ves? Si igual el semáforo ya cambió a rojo... Ahora termino con el delineador tratando de no sacarme el tapa ojeras mientras me estiro el ojo. En fin, más o menos. Sigamos. ¿Pero me puse o no me puse perfume hoy? A ver si lo encuentro en la carter… ¡Bue, ya va, che! ¿Pero por qué en una cartera de 40 x 30 cm. uno nunca encuentra nada? ¡Ah… aquí había terminado el cosito negro para el pelo que estoy buscando desde hace tres días!. Mmm bien, por las dudas me pongo más perfume. Mejor que me huelan en tres cuadras a la redonda que que crean que no me bañé.

2. Siempre creo que es mi celular el que suena. Incluso ahora, con la contaminación ambiental de musiquitas, risas y sonidos personalizados, y la cantidad anormal de celulares que circulan por el mundo, siempre que escucho un bip me atormenta la duda. ¿Tengo un mensaje? ¿Cómo es que no sonó? ¿Es tu celular o el MIO?

3. Limarme las uñas cada media hora. Otra vez. Es la obsesión de no desperdiciar esos raros valiosos minutos libres y zácate. Desenvaino la lima en colectivos, colas del super, durante el partido o cualquier ocasión que me lo permita, pública o privada, corriendo el riesgo de pasar por loca. Excéntrica suena mejor, pero así llaman a los locos que tienen dinero. Como yo no tengo un mango, me quedo en loca nomás.

4. Comer pocket coffees hasta el punto de llegar a nosecuántos cafés diarios. Pero son irresistibles. ¿Mencioné que soy semi-adicta a la cafeína? ¿Unica droga legal... todavía? Además del Valium posiblemente...

5. Empezar varios libros a la vez. Luego termina en que tardo un año para terminarlos a todos, pero mientras tanto me confundo y medio me olvido del argumento de uno o lo mezclo con el otro. Un gran quilombo. También soy culpable de sobredosis de medios de comunicación. Por ejemplo prender la tele para no mirarla en absoluto, mientras al mismo tiempo en vez leo una revista. De todos modos no soy capaz de apagar la tele por las dudas me pierda algo. Mmmm dijimos que el valium era todavía legal??

lunedì, marzo 12, 2007

Extraños hábitos de los italianos


1. Estacionar en lugares impensables. Desde espacios tres veces más pequeños que el propio auto a veredas, rampas, doble y triple fila, de contramano, en el medio de la bocacalle. No hay lugar, hueco o milímetro libre donde no haya uno intentando estacionar. La imaginación no tiene límites y los conductores tampoco.

2. Pensar continuamente en comida. Desde la inocente pregunta ¿Qué comiste hoy? o ¿se come bien en ese restaurante? a ir a comer con amigos, donde todo comienza con un aperitivo, que consiste en una picadita con algo para beber, generalmente alcoholico. Luego, se va al restaurante, donde no tarda en llegar el antipasto, seguido del primo, dos tipos diferentes de pasta, dos secondi que pueden consistir en carne o pescado, acompañado con vino… todo en generosas cantidades. Luego, mientras ya te da vueltas todo, no falta la fruta… el postre… el café y cuando creías que ya salías para el poliambulatorio, llegan la grapa y el limoncello. Y no vayas a manifestar que no podés más… Te miran con preocupación y te dicen: - ¡Pero si no comés nada! o -“Comés como un pajarito” ¿Pajarito?… Como un pterodáctilo más bien.

3. Tomar café de orzo. Incomprensible desde todo punto de vista… en cualquier bar uno puede tomar un café excelente y para el que tiene intolerancia a la cafeína, siempre está el café descafeinado, tan rico como el café normal. El orzo continúa siendo un misterio insondable pero tan italiano como la vespa.

4. No trabajar. Debo aclarar que éste hábito es altamente agradecido por mí, luego de haber vivido por 8 años en los Estados Unidos donde se trabaja SIEMPRE. Pero tengo que observar que en mi vida había visto un calendario con tantos feriados como aquí.

Ejemplo de diálogo:
Yo: - “¿Pero cómo, está cerrado?” Respuesta: -“Ah, sí… hoy es Santa Rosa”, o bien – “Es que hoy es miércoles por la mañana, día en que cierran los zapateros”…. o “lunes por la mañana, los negocios de ropa no abren”. Nunca falta el –“¡Es por la Pascua, claro!” a lo que yo respondo: -“¡Pero si Pascua fue ayer!” – “Pero hoy es Pasquetta” (léase el día para reponerse de todo lo que uno comió y bebió durante la Pascua). Me encanta ☺.